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7 de abril de 2021

Es verdad:

 

 

 

 

 

Es verdad: uno de los cánones para definir "lo bello" es la simetría, ese equilibrio estético que produce placer en quíen lo contempla. Pero , las reglas están para saltárselas, y un ejemplo son estos prototipos , en los que no se aprecia para nada ni de lejos  la simetría. 

 

PBR15001: prototipo para broche  formado por un conjunto de arandelas de goma y hojas cuya composición pretende mostrar únicamente una reflexión sobre objeto y función

BR15002: prototipo para broche  formado por una hoja que refleja con su tratamiento una composición donde la asimetría quiere estar presente.

PBR15003: prototipo para broche  formado por un conjunto de arandelas de goma y hojas dónde el color, incluido en las mismas, busca reflejar el final del inviero y el comienzo de la primavera.

PBR15015: prototipo para broche  formado por un conjunto de arandelas de goma y palos de naranjo.

PBR15016: prototipo para broche  formado por un conjunto de materiales encontrados .

 

Replanteo de los prototipos sobre una prenda.

   ¿Pero la simetría se aplica a todo orden en la vida? . Yo creo que si, un ejemplo: La simetría es rechazada por la arquitectura llamada "moderna" , sin ir mas lejos Mies van der Rohe se declaraba un enemigo de ella - creo que en parte este rechazo le venía por los prejuicios que la emparentaban con la arquitectura academicista del siglo XIX- pero sólo hay que ver las plantas de sus edificios, ¿ no hay simetría en la disposición de los pilares en el Pabellón de Alemania para la exposición del 29 en Barcelona?  y ¿quién no se ha fijado en la vetas del muro de ónice de este edifico?. Ahí está la simetría y el placer de contemplarla, nada más.

Es verdad: la vida sin poesía no es nada, la poesía como el arte hacen que la vida sea más completa, por lo menos, así lo creo yo.

Finalizamos como siempre , hoy con un existencialista: José Hierro. otro poeta enmarcado en la Generación del 50, con una poesía  que busca un lenguaje personal, en un tono cálido y cordial .

 Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada).

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

                                                              soneto VIDA, epílogo de "Cuaderno en Nueva York"