"Si la arquitectura es buena, quien la escucha y la mira siente su beneficio sin darse cuenta..." Carlo Scarpa.
Carlo Scarpa nació en Venecia en 1906 y murió en Tokio (Japón) en 1978. Estos dos lugares marcaron profundamente su forma de hacer arquitectura, que ha sido definida como la "más culta y aristocrática del siglo XX italiano". La cultura japonesa y la tradición histórica veneciana están presentes en toda su obra junto con la influencia de la arquitectura de Frank LLoyd Wrigth.
Scarpa construyó muy poca obra nueva, fundamentalmente realizó interiorismo y montaje expositivo en edificios preexistentes. Es una referencia en restauración y museología del siglo XX al introducir la arquitectura moderna en edificios históricos creando, por contraste, espacios de una enorme intensidad poética.
"Restaurar no significa tan solo reparar los viejos edificios, consiste en darles otra vida, de manera que puedan vivir hoy y mañana".
Su precisión en el detalle y el esmero en la elección de los materiales hace que cada obra sea de una singularidad única y que experimente soluciones espaciales diversas en cada intervención.
En el diseño de escaleras es donde explaya toda su maestría haciendo que pasen a ser la parte más importante del espacio.
Palacio Abatellis (Palermo, 1954)
En esta intervención, realiza una bellísima escalera en piedra con peldaños adosados uno a uno a la pared. Sobriedad e integración.
Tienda Olivetti (Venecia, 1958)
En esta tienda, situada en la plaza de San Marcos, podemos contemplar uno de sus magistrales episodios espaciales en el que nos mostrará una "arquitectura de recorrido".
El tamaño y la presencia de la escalera la transforman en el foco del espacio. Sus piezas suspendidas varían de dimensión a medida que llegan al suelo y su última huella se amplía para recibirnos.
Fundación Querini Stampalia (Venecia, 1963)
En la sala de entrada al Palacio desde el Canal permite el acceso del agua a su interior, a propósito, para que la luz natural rebotando en la superficie del agua se refleje en el estucado del techo de la sala.
De esta zona inundable surge una escalera escultórica que termina en una pasarela elevada.
Museo de Castelvecchio (Verona, 1964).
Intrincados recorridos horizontales y verticales atraviesan y penetran las estructuras del complejo medieval con pasarelas suspendidas en el aire y episodios de escaleras que a veces están a la vista y a veces no. Contrasta los materiales originales con materiales nuevos: madera, hierro, hormigón...
Un ejemplo de como acentuar la belleza existente en las cosas mostrando el protagonismo de lo nuevo.
La delicadeza que muestra en el detalle tiene su origen en la artesanía de los maestros vidrieros de Murano, con quienes trabajó durante veinte años y a su profunda admiración por la cultura japonesa.
El destino hizo que muriera accidentalmente en Japón.
"Uno debe pensar en la destreza con que los japoneses usan los espacios pequeños para crear sensaciones mágicas..."






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