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| Escalera-rampa Centro Turismo Colón(Madrid) | 
"El recorrido puede ser una obsesión, una especie de vicio". Alvaro Siza.
Álvaro Siza Vieira (Matosinhos, 1933) se define siempre como gran admirador de la arquitectura de Le Corbusier. Por eso una de sus obsesiones , junto con la integración en el lugar, es "el recorrido", la creación de  una sucesión de espacios conectados entre sí.
Sus obras son dinámicas, son una disposición de niveles que incitan al movimiento, a recorrer el espacio, y en esos recorridos va jugando con la luz.
Podría decirse, que su arquitectura nos obliga a realizar los recorridos que a él le interesa que hagamos. Nos dirige para que veamos lo que él quiere. Provoca la torsión, el giro, crea momentos de pausa y reposo.
Un recorrido por su arquitectura es como transitar por un parque temático de sensaciones, visiones, emociones y tacto.
Esta manipulación comienza ya en el espacio exterior, antes de que accedamos al interior del edificio. 
Mostramos aquí dos obras de sus inicios como arquitecto y que son obras maestras de la arquitectura moderna, donde podemos apreciar como nos "manipula".
Restaurante Boa Nova (Matosinhos, 1963)
Una de sus primeras obras, en su ciudad natal, en una zona de costa rocosa con una presencia muy potente de la naturaleza.
Cuando se inauguró era una Casa de Té, lo que nos da una idea del tratamiento zen que imprimirá a esta obra, como si se tratara del espacio de un jardín japonés, donde los ejes no son lineales y detrás de cada giro nos espera una sorpresa.
En una imágen aérea se percibe perfectamente el recorrido que obliga a realizar desde el aparcamiento. 
Nos dirige hacia las escaleras y vamos realizando quiebros  en los descansillos que nos obligan a mirar hacia el mar y finalmente nos encamina hacia la puerta de acceso.
Una vez en el interior, volvemos a ver el mar...
Secuencia: Luz (espacio abierto), penumbra (interior), luz (espacio abierto).
Tacto: piedra, hormigón, madera, piedra.
Piscinas das Marés (Leca da Palmeira, Matosinhos, 1966).
En este maravilloso ejercicio de integración de la arquitectura con la Naturaleza, podemos volver a contemplar la sensación de espacios conectados, de espacio fluido.
Desde el nivel de calle no perdemos la visión del mar ya que el edificio está semienterrado. Bajamos por una rampa  hacia los vestuarios. En su interior, se percibe la estética de templo zen en los materiales, el tratamiento de la luz y la austeridad.
Nos dirigimos hacia las piscinas, canalizados entre dos sobrios muros de hormigón, sin saber lo que nos depara el final del túnel. Solo vemos luz, sombras y la textura del hormigón.
Finalmente, de nuevo vemos el mar que llena de agua salada las piscinas cuando sube la marea.
                                         
Nos dirigimos hacia las piscinas, canalizados entre dos sobrios muros de hormigón, sin saber lo que nos depara el final del túnel. Solo vemos luz, sombras y la textura del hormigón.
Finalmente, de nuevo vemos el mar que llena de agua salada las piscinas cuando sube la marea.
Secuencia: Luz (espacio abierto), penumbra (interior vestuario), sombras (muros hormigón), luz (espacio abierto).
Tacto: hormigón, madera.
Finalizamos esta muestra de arquitectura poética con poesía (como no) japonesa:
Finalizamos esta muestra de arquitectura poética con poesía (como no) japonesa:
Bajo el gran árbol 
los peldaños desiguales 
que llevan al templo 
                                                                               Haiku de Kotori







 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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